Hace mucho que no hago nada sangriento, gore y espeluznante ¿verdad?  Bueno, pues ya no lo puedo seguir afirmando.  El otro día me acordé de estos moldes de “La Tartienda” y decidí probar.  Algo mono -pensé- unos cerebritos de chocolate.  Y monos quedaron, sí.  Pero claro, a la hora de la presentación se me fue un poco la mano con el sirope de fresa y el resultado quedó pelin… “sangriento”.

Son súper fáciles de hacer, sólo necesitas:
– Estos moldes de “La Tartienda” para hielos en forma de cerebro (puedes comprarlos aquí)
– chocolate blanco
– relleno a tu gusto (frutas rojas liofilizadas pepitas de choco, galletas digestive en trocitos es lo que yo he usado)
– sirope de fresa
Y yatá.

Funde el chocolate en el micro o al baño maría (cuidado, que no se te queme ni le caigo agua). Echa un par de cucharaditas en cada hueco en cada hueco del molde.

Luego (y con cuidado de que el choco no se salga) ve inclinando el molde y girándolo para que el choco se reparta bien por todas partes.

Déjalos reposar un ratito en el frigo y rellénalos con lo que más te apetezca. Pero sin presionar el relleno.

Echa el resto del chocolate por encima.  Que se cuele por entre los huecos del relleno (deja caer la bandeja sobre la encimera unas cuantas veces para que salga el aire).  Que el choco cubra totalmente el relleno y llegue al final del molde.  Mete el molde a la nevera para que el choco endurezca y… Ya está.  Desmolda con cuidado y presenta.

El choco tendrá que estar bien endurecido o no podrás desmoldar los cerebros sin que se dañen.

Si no te hace demasiada gracia el choco blanco, puedes darle sabor y color con alguno de estos aromas.  O bien puedes usar choco negro o con leche.

Los moldes son para hielos así que podrás usarlos para muchas cosas.  Puedes enfriar la bebida de tu fiesta de Halloween con hielos cerebrales.  Normales o de zumos…  😉  ¿Te animas?