Hoy vengo con una sencilla receta.   Otro tuneo más del famoso brownie de chocolate blanco de Pepinho, que se presta a mil y una perrerías a cual más buena.  Lo preparé junto con otro par de versiones para el 11 del 11 (día del brownie).  De esta versión dejé algo para las fotos pero de las otras dos no quedaron ni las migas así que tendrán que esperar a otra hornada…  😉  (Ya me conocéis, soy incapaz de hacer un solo sabor, no tengo remedio).

A mí éste me encantó.  Denso, aromático y un poco navideño.  😉  Lo puedes presentar perfectamente sin la capa de manzana por encima y comerlo tal cual.

Ingredientes:
150 g de mazapán (pasta de almendra 1:1, la puedes encontrar aquí)
2 huevos grandes (L)
90 g de mantequilla
200 g de chocolate blanco en gotas (si lo usas de tableta, ponle 225 g, yo disiminuí la cantidad por la calidad del choco que usé, que es muy denso)
2 cucharaditas de aroma en pasta a manzana verde Patidess (lo puedes encontrar aquí)
1 taza de harina (unos 130 g)
canela al gusto (como una cucharadita)
una pizca de sal fina
2 cucharadas de licor Amaretto (le da un toque a almedra más pronunciado)
un puñadito de trocitos de manzana deshidratada (de venta en herbolarios, aunque seguro que se puede usar cruda)
almendra en grano (si te apetece, yo no le puse esta vez)
Puedes añadir esencia de almendra si quieres pronunciar aún más el sabor pero yo creo que tal cual queda bastante bien.

Precalienta el horno a 180ºC y forra con papel un molde para brownie.  El mío es éste pero el brownie quedaba muy bajito así que con el papel de horno me hice una especie de “cajita” (parecida a los envoltorios de los sobaos) que reducía bastante la superficie y ayudó a que el brownie quedara un poco más alto.

En un cazo al fuego funde la mantequilla con la mitad del chocolate.  Cuando esté todo bien fundido y homogéneo, aparta del fuego, añade el resto del chocolate y remueve hasta que de nuevo todo esté bien fundido y homogéneo.  Queda espesito, como una papilla de bebé.  Incorpora la pasta de manzana y remueve hasta que se reparta bien.

Aparte, bate con las varillas (mejor mecánicas o la KA)  el mazapán (desmigado con los dedos) y los huevos, hasta tener una mezcla esponjosa.  Añade el chocolate con la mantequilla y la esencia y mezcla todo suavemente con una espátula para perder la menor cantidad posible del aire incorporado al batir los huevos.

Mezcla la harina con la sal y la canela en un bol e incroporálos a la masa, tamizando.  De nuevo usa la espátula y con mucho cuidado integra la harina.  Remueve lo justo para que que no se noten grumos.

Por último echa el licor, mezcla.  Añade los tropezones (trocitos de manzana y/o almendra), remueve y reparte la masa en el molde.  Hornea unos 15 o 20 minutos.  No dejes que se haga demasiado o quedará seco.  La gracia de los brownies está en que salen casi crudos.  Dale el punto que más te guste.

Para parar la cocción, mete el molde metálico en un baño de agua helada nada más sacarlo del molde y luego, con la ayuda del papel, saca el brownie a la rejilla para que se termine de enfriar.

Y ya está.  Listo para degustar.  Calentito si te apetece o más tarde, cuando se haya enfriado.  Le viene bien un zumo de manzana o una infusión de manzana y canela, un chupito de Amaretto, un poco de sidra o un cava, un vaso de leche, eso ya lo dejo al gusto de cada cual.  Nosotros lo devoramos “a pelo” pero con una capita de semicompota de manzana está también muy rico (sartén, una cucharada de aceite o mantequilla, una manzana en rodajas, dale unas vueltas que se dore, añade un par de cucharadas colmadas de azúcar moreno y canela, cuando se disuelva un poco de zumo de manzana y deja que reduzca).

Este estaba pendiente de publicar desde el año pasado, pero hubo más versiones en la fiesta del día del brownie…  Creo que el de fresa es el que tuvo mejor aceptación.   Aunque el de limón, jergibre y nuez tampoco estaba nada mal…  Los iré publicando en cuanto pueda.  🙂

¡¡¡ Ah !!!  Se me olvidaba.  Tienes aquí un paso a paso de cómo hacer el brownie de choco blanco con fotillos.  Esa vez lo hice de fresa pero obviando el tema del color, los pasos son los mismos.

Me ha quedado un artículo más soso que un salero boca abajo pero si espero a estar más risueña, se me acaba el mundo sin publicarlo así que aquí queda.  🙂  Y espero que los mayas les guste… Jajajajaja.